Floreciendo, como los cerezos.
Báñate en tu propio mar,
ahogándote con tus propias lágrimas
para salir a flote a golpe de sonrisa.
Quiérete,
hasta cuando ni tu gato sea capaz de mirarte,
porque estas recién levantada
tras una noche de tormenta.
Baila,
hasta que se desgasten tus zapatillas,
y tus tobillos.
Y tómate unas cuantas copas,
de más.
Ama,
y como dice Extremoduro "ensancha el alma".
Que la Primavera ya está aquí,
y los cerezos han empezado a florecer,
bajo la lluvia
las nubes
y la nieve.
No hay nada que los frene.
Y con tu vida lo mismo.
FOTO: Alex Moreno - Valle del Jerte (Extremadura)
Conoce corazones
y camas,
pero nunca pares tu mundo,
que camas hay muchas y corazones bonitos, también.
Da vueltas,
tantas como quieras.
Y quiere mucho a los que las dan contigo.
Riéte,
hasta de tu propia sombra.
Disfruta,
hasta de tus fallos.
Dí lo que quieras
lo que piensas
y como lo piensas,
y en el momento que quieras.
Y a quién quieras.
Que las cosas,
siempre pasan por algo.
Y que los cambios,
siempre suelen traer algo bueno.
Cambia. Cambia. Vuelve a cambiar. Y nunca dejes de hacerlo.
Cambia de ciudad,
cambia de amigos,
cambia de casa,
cambia de pelo,
cambia de trabajo,
cambia de música,
pero nunca cambies tu sonrisa,
ni tampoco a los que siempre están para sacarla.
Que algún día cuando hagas un repaso,
te darás cuenta que son todas esas decisiones
las que te han llevado dónde estás.
Que hay un día, en el que cuando nos damos cuenta,
todo ha pasado
y ya,
no hay tiempo para arrepentimientos
ni reproches.
Te llevarás al hoyo,
solamente,
aquello por lo que te hayas arriesgado.
El resto, nunca se sabrá.