Trayectoria académica de los diputados: ¿sobrecualificados?
- Sara Becerro Alonso
- 13 abr 2019
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 19 jun 2019
Debido a la gran afluencia mediática que han tenido en los últimos años los casos sobre másters ficticios, invenciones de estudios por parte de los diputados, etc otro de los filtros que se ha incluido en este análisis es la formación académica de la que constan los diputados.
Si hay una conclusión que se puede sacar de primeras es que los diputados españoles tienen una alta preparación: gran parte de ellos cuentan con más de una carrera universitaria, másters, doctorados y una gran cantidad de estudios.

Fuente: elaboración propia.
Con los datos obtenidos, se concreta, que el porcentaje mayoritario dentro de todos los partidos que componen la cámara es el de la educación superior: grados, másters y una gran cantidad de estudios avalan a nuestros diputados, pero, ¿la población española tiene realmente estas características? ¿Por tener más estudios vas a representar mejor a la ciudadanía?
Sin entrar en materia de ello, ni haber obtenido datos reales acerca de ello, pero basados en la observación de los estudios de los dirigentes, también se puede decir que si hay un grado predominante entre los diputados y diputadas, son los estudios en Derecho. También los de Ciencias Económicas y Empresariales y Ciencias Políticas. Nuestra élite política, está realmente cualificada.
Xavier Coller en un artículo para El País en 2012, junto a Antonio M.Jaime y Andrés Santana, afirmaban algo significativo, la ausencia de “las enseñanzas de gestión y liderazgo políticos” y la presentación de carencias por parte de los representantes y que son sustituidas por lo que califica como “formación (o adoctrinamiento) en escuelas de los partidos políticos” a las que acusa de al igual que los políticos, “sufren del mismo síndrome de aislamiento con respecto a la sociedad”.
Con la entrada de los nuevos partidos al Congreso de los Diputados, con el caso destacable de Podemos, las profesiones, procedencias y la trayectoria académica de los que se sientan cada día para dirigir España, ha cambiado. Aunque manteniendo un alto porcentaje de niveles educativos superiores entre los partidos conservadores respecto a los partidos de izquierdas, entre los que los grados y niveles de estudio son más variados.
La formación liderada por Pablo Iglesias y enmarcada dentro de los grupos políticos de izquierdas, es la que, dentro del cerco de esta investigación, representa a todos los grupos en cuanto a tipo de estudios existentes en el Congreso, seguida por el PSOE, la otra formación de izquierdas.

Fuente: elaboración propia.
Las formaciones con más tiempo en la vida política, como PP y PSOE, denotan una diferencia abismal en cuanto a que casi un 40% de los primeros y cerca de una cuarta parte de los segundos cuentan con una educación de carácter superior. Al igual que observamos, que en el resto de formaciones el total de sus componentes también, o al menos el porcentaje se acerca al 100%.
Aclarando que hay un 5,1% de diputados de los que no está clara o no consta la información sobre su educación, se puede constatar que el 92,6% del Congreso de los Diputados se clasifica entre la educación superior, dejando cerca de un 2% para la segunda etapa de educación superior y ni un 1% de los que cursan estudios. Además, de la no representación de otros grupos como personas con educación primaria y experiencia laboral; con acreditaciones de grados medios, etc.
Por todos es sabido que una población quiere al frente de sus gobiernos a gente preparada, con estudios y que sepan lo que hacen. Pero, las desigualdades entre población y dirigentes son de diversas índoles en estos aspectos por lo que: ¿no deberían estar representados otros sectores de la población que tienen menos estudios pero otras cualidades que aportar, y que forman parte de la sociedad? ¿Debemos todos entonces, estudiar una carrera o un máster? ¿Qué pasa con la representación de las personas que cuentan con un nivel bajo de estudios? ¿El alto nivel educativo es una garantía de tener la preparación adecuada para llevar a cabo la función de representación política? ¿Es necesario tener educación superior para ejercer esta profesión?
Relatado en el mismo artículo de Xavier Coller, en 2012, las nociones necesarias para el ejercicio de la política como la habilidad de comunicación, la coordinación o la capacidad de negociar “no se aprenden en el sistema educativo español”.
En este análisis, no se trata de resolver cuestiones morales ni forjar opiniones, simplemente hablar sobre los resultados obtenidos de los datos recopilados. La representación de los diputados y diputadas comparada con los porcentajes de la población aclara que no se parecen en nada.
Los ciudadanos quedan de la siguiente manera: cerca del 30% cuentan con la primera etapa de la educación secundaria o similares. En la segunda etapa, con orientación general, sí representada en el Congreso, aunque sin asemejarse los porcentajes, encontramos a más de un 13% de los españoles.
La educación superior cuenta con un 30% de la población, siendo así el porcentaje más alto y que ha ido creciendo según avanza la sociedad. Los analfabetos y personas con estudios primarios incompletos suman cerca de un 7%.
"¿Podría traducirse todo ello en interés por parte de los partidos para fomentar políticas reales de igualdad?"
Como dicen Coller, Santana y Jaime en El País, “no se trata de un debate sobre la selección meritocrática de los políticos, sino de que los partidos se abran a la sociedad con el fin de identificar a aquellas personas que, más allá de sus credenciales educativas, tengan la experiencia profesional y vital necesaria, hagan contribuciones relevantes en sus campos respectivos y atraerlas para el oficio de la representación”. Es una vía para reducir distancias entre la población y los representantes.
Por tanto, se puede afirmar, que dentro de los parámetros analizados el perfil mayoritario dentro del Congreso de los Diputados es el de: hombre, de avanzada edad, con estudios superiores y casado. La mayoría de ellos, pertenecientes al Partido Popular.
En cuanto a la población, el perfil mayoritario dentro de la sociedad es el de: mujer, con una edad comprendida entre 40 y 44 con estudios superiores o primera etapa de la educación secundaria o similares, ya que sus porcentajes son cercanos, y casada. El grupo político que más representaría estos parámetros y también, mayor diversidad en el Congreso de los Diputados es Podemos.
Y como reflexión final: ¿podría traducirse todo ello en interés por parte de los partidos para fomentar políticas reales de igualdad?
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